miércoles, 2 de abril de 2008

Jaime I


¡Hola a todos! Me llamo Jaime, y os voy a contar la historia de mi vida.
Nací en Montpellier en el año 1208 d.C, entre los días 1 y 2 de febrero. Mis padres fueron Pedro II el Católico y María de Montpellier. Cuando tenía cinco años mi padre murió en la batalla de Muret, apuñalado mientras dormía en su tienda de campaña, con los demás generales. Además, en ese año, un señor llamado Simón de Montfort que había asaltado nuestro castillo con la única intención de raptarme por ser hijo de Pedro el Católico, me retuvo hasta que el papa Inocencio III le obligó a que me entregara a los catalanes en 1214, porque mi madre había muerto ya. Pasé mi niñez en el castillo de Monzón, tutelado por... ¡los caballeros Templarios! mientras mi tío Sancho, conde de Rosellón regía los destinos del reino.
Ya en la edad adulta, tuve un hijo bastardo (quiere decir fuera del matrimonio), que se llamaba Fernán Sánchez de Castro, con doña Blanca, hija de Sancho de Antillón. Empecé a ser rey a una edad muy temprana, tan sólo a los veinte años, lo que provocó muchas disputas entre reinos y que me metieran en la cárcel en 1244. Dado que los musulmanes se debilitaron tras la batalla de las Navas en Tolosa, aproveché para expandir mi reino por el Meditteráneo en el 1229. En esta expansión, conseguí conquistar Mallorca, Menorca, Ibiza, Burriana, Peñíscola, Valencia y, poco después Játiva y Biar. Diez años antes de morir, conquisté Murcia, aunque se la cedí a Alfonso X de Castilla en el tratado de Almizra. Gracias a mi capacidad para conquistar territorios, me gané el sobrenombre de Jaime I el Conquistador, después de haber conquistado Murcia.
Finalmente, morí en Valencia en el año 1276 y fui enterrado en Poblet, aunque mis restos pasaron a Tarragona en el 1835 y volvieron a Poblet de nuevo.