lunes, 28 de abril de 2008

Veles e vents

Veles e vents han mos desigs complir,
faent camins dubtosos per la mar.
Mestre i ponent contra d'ells veig armar;
xaloc, llevant, los deuen subvenir
amb llurs amics lo grec e lo migjorn,
fent humils precs al vent tramuntanal
que en son bufar los sia parcial
e que tots cinc complesquen mon retorn.

Bullirà el mar com la cassola en forn,
mudant color e l'estat natural,
e mostrarà voler tota res mal
que sobre si atur un punt al jorn.
Grans e pocs peixs a recors correran
e cercaran amagatalls secrets:
fugint al mar, on són nodrits e fets,
per gran remei en terra eixiran.

Amor de vós jo en sent més que no en sé,
de què la part pitjor me'n romandrà;
e de vós sap lo qui sens vós està.
A joc de daus vos acompararé.

Io tem la mort per no ser-vos absent,
perquè amor per mort és anul·lat:
mas jo no creu que mon voler sobrat
pusca esser per tal departiment.
Jo só gelós de vostre escàs voler,
que, jo morint, no meta mi en oblit.
Sol est pensar me tol del món delit,
car nós vivint, no creu se pusca fer:

aprés ma mort, d'amar perdau poder,
e sia tost en ira convertit.
E, jo forçat d'aquest món ser eixit,
tot lo meu mal serà vós no veer.

Amor, de vós jo en sent més que no en sé,
de què la part pitjor me'n romandrà,
e de vós sap lo qui sens vós està:
A joc de daus vos acompararé.

(1969)


Ausias March

Ausiàs March [el apellido debe pronunciarse /mark/] (Gandía, 1397 - Valencia, 1459) fue un poeta y caballero valenciano medieval. Originario de una familia de la pequeña nobleza con aficiones poéticas. Fue uno de los poetas más importantes del Siglo de Oro valenciano y de la literatura catalana.

Hijo del también caballero y poeta Pere March, nació en Gandía alrededor de 1397 (aunque algunas versiones sostienen que nació en Beniarjó, pueblo cercano a Gandía). De joven participó en las expediciones que el rey Alfonso V el Magnánimo realizó por el Mediterráneo.

Fue Señor de Beniarjó, Pardines y Vernissa, y halconero mayor de Alfonso V el Magnánimo. Fue armado caballero en 1419. Participó en la expedición de Alfonso V a Córcega y Cerdeña, y en otras expediciones contra los piratas del Mediterráneo. En 1425 se retiró a sus posesiones valencianas, instalándose en Gandía en 1428. De notar es en este período su relación personal y literaria con el príncipe Carlos de Viana, heredero al trono de Navarra.

A partir de los veintisiete años ya no saldría de su tierra; primero en Gandía, donde administraba sus propiedades; y después en Valencia, donde tuvo una vida muy movida y desordenada. Comienza a escribir en 1430. Tres años más tarde, el infante Juan, Duque de Gandía, confirma sus privilegios como señor feudal.

En 1437, a los cuarenta años se casó con Isabel Martorell, hermana de Joanot Martorell, autor de Tirant lo Blanch. Dos años más tarde Isabel muere y Ausiàs March contrae segundas nupcias con Joana Escorna, quien murió en 1443. A pesar de carecer de hijos legítimos en sus matrimonios se sabe de la existencia de amantes y 4 hijos naturales.

Ausiàs March murió el 3 de marzo del año 1459 en Valencia, dejando cinco hijos bastardos pero ninguno legítimo. Fue enterrado en la catedral de Valencia, donde aún puede verse su losa sepulcral, cerca de la Porta de la Almoyna.

Se le relaciona con la poesía trovadoresca y su obra está compuesta por 128 poemas.

martes, 22 de abril de 2008

El conde Sisebuto

A veinte leguas de Pinto
y treinta de Marmolejo
existe un castillo viejo
que edificó Chindasvinto.

Perteneció a un gran señor
algo feudal, algo bruto
se llamaba Sisebuto
y su esposa Leonor.

Cunegunda era su hermana,
y su madre Berenguela,
y una prima de su abuela
que atendía por Mariana.

y Cleopatra su tía,
y su cuñado Vitelio,
y su nieta Rosalía,
y el hijo mayor, Rogelio.

Era una noche de invierno,
noche cruda y tenebrosa,
noche sombría, espantosa,
noche atroz, noche de infierno.

noche infausta, noche airada,
noche triste, noche oscura,
noche llena de amargura,
noche que al infierno espanta.

En un gótico salón,
dormitaba Sisebuto
y un lebrel, seco y enjuto,
roncaba en el portalón.

Con quejido lastimero,
el viento fuera silbaba,
e imponente se escuchaba,
el ruido del aguacero.

Cabalgando en un corcel,
de color verde botella,
raudo como una centella,
llega al castillo un doncel.

Empapada trae la ropa,
por efecto de las aguas,
como no lleva paraguas,
¡llega el pobre hecho una sopa!

Salta el foso, llega al muro,
la poterna está cerrada
-¡Me ha dado mico mi amada!
-exclama-, ¡vaya un apuro!

De pronto algo que resbala,
siente sobre su cabeza
extiende el brazo y tropieza
con la cuerda de una escala.

-¡Ah!...- dice con fiero acento.
-¡Ah!...- vuelve a decir gozoso.
-¡Ah!...- repite venturoso.
-¡Ah!...- otra vez y así hasta ciento.

Trepa que trepa que trepa
sube que sube que sube
en brazos cae de un querube,
la hija del conde...¡la Pepa!

En lujoso camarín
introduce a su adorado
y al notar que está mojado
lo seca bien con serrín.

-¡Lisardo! Mi bien, mi anhelo,
único ser al que yo adoro
el de los cabellos de oro,
el de la nariz de cielo.

¿qué sientes, di, dueño mío?
¿no sientes nada a mi lado?
¿qué sientes, Lisardo amado?
Y él responde, -Siento frío.

-¿Frío dices? Eso me inquieta,
¿Frío has dicho? Eso me espanta,
No llevarás camiseta,
¿verdad? ...pues toma, ponte esta manta...

-Y ahora hablemos del cariño
que nuestras almas disloca.
¡Yo te amo como una loca!
-¡Yo te adoro como un niño!

-¡Mi pasión raya en locura!
-¡La mía es un arrebato!
-Si no me quieres...¡me mato!
-Si me olvidas...¡me hago cura!

-¿Cura tú? ¡Por Dios bendito!
No repitas esas frases,
¡en jamás de los jamases!
¡Pues estaría bonito!...

Hija soy de Sisebuto,
desde mi más tierna infancia,
y aunque es mucha su arrogancia,
y aunque es un padre muy bruto,

y aunque temo sus furores,
y aunque sé a lo que me expongo,
¡huyamos!...vamos al Congo,
a ocultar nuestros amores.

-Bien has dicho, bien has hablado,
huyamos aunque se enojen,
y si algún día nos cogen,
¡que nos quiten lo bailado!

En esto, un ronco ladrido,
retumba potente y fiero,
-¿Oyes?- dice el caballero-
¡es el perro, que me ha olido!

Se abre una puerta excusada,
y, cual terrible huracán,
entra un hombre..., luego un can...,
luago nadie..., luego nada...

-¡Hija infame!- ruge el conde.
¿Qué haces con este señor?
¿Dónde has dejado mi honor?
¿Dónde?, ¿dónde, ¿dónde?, ¿dónde?

Y tú, cobarde villano,
antipático, repara
cómo señalo tu cara,
con los dedos de mi mano.

Después, sacando un puñal,
de un sólo golpe certero,
le enterró el cortante acero,
junto a la espina dorsal.

El joven, naturalmente,
se murió como un conejo.
Ella frunció el entrecejo,
y enloqueció de repente.

También quedó el conde loco,
de resultas del espanto,
el perro, no llegó a tanto,
pero le faltó muy poco.

Desde aquel día de horror,
nada se volvió a saber,
del conde, de su mujer,
la llamada Leonor,

de Cunegunda su hermana,
de su madre Berenguela,
de la prima de su abuela,
que atendía por Mariana,

de su cuñado Vitelio,
de Cleopatra su tía,
de su nieta Rosalía,
de su chico, Rogelio.

Y aquí acaba la leyenda,
verídica, interesante,
romántica, fulminante,
estremecedora, horrenda,
de aquel castillo viejo
que entenebrece el recinto
a veinte leguas de Pinto
y treinta de Marmolejo.

Joaquín Abatí Díaz: El conde Sisebuto.

miércoles, 2 de abril de 2008

Jaime I


¡Hola a todos! Me llamo Jaime, y os voy a contar la historia de mi vida.
Nací en Montpellier en el año 1208 d.C, entre los días 1 y 2 de febrero. Mis padres fueron Pedro II el Católico y María de Montpellier. Cuando tenía cinco años mi padre murió en la batalla de Muret, apuñalado mientras dormía en su tienda de campaña, con los demás generales. Además, en ese año, un señor llamado Simón de Montfort que había asaltado nuestro castillo con la única intención de raptarme por ser hijo de Pedro el Católico, me retuvo hasta que el papa Inocencio III le obligó a que me entregara a los catalanes en 1214, porque mi madre había muerto ya. Pasé mi niñez en el castillo de Monzón, tutelado por... ¡los caballeros Templarios! mientras mi tío Sancho, conde de Rosellón regía los destinos del reino.
Ya en la edad adulta, tuve un hijo bastardo (quiere decir fuera del matrimonio), que se llamaba Fernán Sánchez de Castro, con doña Blanca, hija de Sancho de Antillón. Empecé a ser rey a una edad muy temprana, tan sólo a los veinte años, lo que provocó muchas disputas entre reinos y que me metieran en la cárcel en 1244. Dado que los musulmanes se debilitaron tras la batalla de las Navas en Tolosa, aproveché para expandir mi reino por el Meditteráneo en el 1229. En esta expansión, conseguí conquistar Mallorca, Menorca, Ibiza, Burriana, Peñíscola, Valencia y, poco después Játiva y Biar. Diez años antes de morir, conquisté Murcia, aunque se la cedí a Alfonso X de Castilla en el tratado de Almizra. Gracias a mi capacidad para conquistar territorios, me gané el sobrenombre de Jaime I el Conquistador, después de haber conquistado Murcia.
Finalmente, morí en Valencia en el año 1276 y fui enterrado en Poblet, aunque mis restos pasaron a Tarragona en el 1835 y volvieron a Poblet de nuevo.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Descripción de Bipa (La Emperatriz de los Etéreos)

Bipa es una muchacha que vive en las Cuevas, un sitio del que no ha salido nunca y no piensa hacerlo. Es demasiado cerrada de mente, y, Aer, un chico que también vive en las Cuevas y que es hijo de un extranjero que desapareció hace tiempo y una lugareña, le pone de los nervios porque no deja de pensar qué habrá más allá de donde viven. Una noche, Aer le enseña a Bipa una especie de disco blanco en el cielo, y se queda hipnotizado por aquella visión. Como ése es el signo de la Emperatriz de los Etéreos, Aer se marcha en busca del Reino Etéreo, siguiendo siempre la dirección que marca el extraño disco blanco. Toda la gente que viaja para encontrarse con la Emperatriz dice que en el reino Etéreo todo es perfecto y que no existe el sufrimiento. Eso es, además de su afán por descubrir el mundo más allá de las Cuevas, lo que empuja a Aer a iniciar su búsqueda. Bipa se ve obligada a ir en busca de Aer, que ya lleva desaparecido varios días. Como Aer salió antes que ella, le lleva mucha ventaja, y por eso Bipa nunca se encuentra con él durante el viaje. Tiene que pasar por determinados sitios, los mismos que Aer ha tenido que visitar para poder proseguir su viaje: el castillo de Gélida, que se relaciona con la fase de "pálido", la Ciudad de Cristal, que se relaciona con la fase de "translúcido" y, finalmente, el camino que hay antes de llegar al desfiladero que tiene que saltar para poder llegar al reino Etéreo, que se relaciona con la fase de "etéreo". Cuando llega al pie de la Estrella de la Emperatriz, experimenta lo que se siente al hablar con dos "etéreos"; "Es como si le hablara al aire, solo que sabiendo que hablo con alguien, mientras que la voz de ese alguien resuena en mi mente, no en mis oídos" dice ella. Bipa llega justo a tiempo para impedir la subida de Aer a la Estrella de la Emperatriz, que consiste en dejarse arrastrar por la fuerza de su atracción. Aer tan sólo es un "translúcido", y por eso a Bipa le resulta mucho más fácil arrastrarlo hasta el suelo, aunque hay momentos en los que cree que no podrá evitarlo.
Después del intento de Aer por subir hasta la Estrella, Bipa consigue hacerle entrar en razón, explicándole que las historias sobre la Emperatriz son mentira. Cuando todo acaba, Bipa le confiesa a Aer lo que siente por él, y vuelven juntos a las Cuevas, de las que no vuelven a salir nunca más.

Aquí podéis leer el primer capítulo de La Emperatriz de los Etéreos. Si os gusta, lo podéis comprar en cualquier librería, ¡ya es un best seller! ¡Pincha!

Expresiones populares



Irse por los cerros de Úbeda.


Significado:


Por sitio o lugar muy remoto y fuera de camino. Usado para dar a entender que lo que se dice es incongruente o fuera de propósito, o que alguien divaga o se extravía en el raciocinio o discurso.
Echar, ir, irse por los cerros de Úbeda.

Origen histórico:

Alfonso VIII intentaba conquistar la Ciudad y la cercó, encomendándole a Alvar Fañez, “el Mozo”, la vigilancia del flanco sur. El Rey no pudo lograr la conquista precisamente por los refuerzos que por el flanco sur recibieron los sitiados, ya que Alvar Fañez se había anticipado en varios siglos al precepto del Mayo del 68 francés de “haz el amor y no la guerra”, con una, (habrá que suponerla bella) ubetense. Alfonso VIII le preguntó luego que dónde estaba y “el Mozo” le contestó aquello de “por esos cerros de Úbeda, Señor”.

miércoles, 9 de enero de 2008

Alejandro Casona


Alejandro Rodríguez Álvarez, conocido como Alejandro Casona (Besullo - Cangas del Narcea, Asturias, 23 de marzo de 1903 - Madrid, 17 de septiembre de 1965) fue un dramaturgo y poeta español perteneciente a la Generación del 27.
La obra que hemos leído en clase se llama "Cornudo y apaleado" y que trata sobre las malas costumbres en la vida medieval, está escrita por él.
Esta es la lista completa de su bibliografía:
  • El crimen de Lord Arturo, Zaragoza, 1929.
  • La sirena varada, Madrid, 1934.
  • El misterio de María Celeste, Valencia, 1935.
  • Otra vez el diablo, Madrid, 1935.
  • El mancebo que casó con mujer brava, Madrid, 1935.
  • 'Nuestra Natacha, Madrid, 1936.
  • Prohibido suicidarse en primavera, Madrid, 1937.
  • Romance en tres noches, Caracas, 1938.
  • Sinfonía inacabada, Montevideo, 1940.
  • Pinocho y la Infantina Blancaflor, Buenos Aires, 1940.
  • Las tres perfectas casadas, Buenos Aires, 1941.
  • La dama del alba, Buenos Aires, 1944.
  • La barca sin pescador, Buenos Aires, 1945.
  • La molinera de Arcos, Buenos Aires, 1947.
  • Sancho Panza en la Ínsula, Buenos Aires, 1947.
  • Los árboles mueren de pie, Buenos Aires, 1949.
  • La llave en el desván, Buenos Aires, 1951.
  • A Belén pastores, Montevideo, 1951.
  • Siete gritos en el mar, Buenos Aires, 1952.
  • La tercera palabra, Buenos Aires, 1953.
  • Corona de amor y muerte, Buenos Aires, 1955.
  • La casa de los siete balcones, Buenos Aires, 1957.
  • Carta de una desconocida, Porto Alegre, 1957.
  • Tres diamantes y una mujer, Buenos Aires, 1961.
  • Carta de amor de una monja portuguesa, Buenos Aires, 1962.
  • El caballero de las espuelas de oro, Puertollano, 1962.
  • Don Rodrigo, libreto para la ópera de Alberto Ginastera.